Constitución de 1871
LA CORTA VIDA DE LA REPÚBLICA
La Constitución de 1869 hubiera sido válida durante la República, puesto que los
republicanos consideraban que sólo era necesario reformar el artículo 33, en el que se
establecía la Monarquía como forma de gobierno. Sin embargo, el Gobierno decretó la
disolución de las Cortes y convocó elecciones a Cortes Constituyentes. El proyecto de
Constitución elaborado por los parlamentarios republicanos se basaba esencialmente en el
texto aprobado en 1869. La gran diferencia era el establecimiento de una nueva forma de
gobierno: una república federal, integrada por 15 estados de la península, Cuba y Puerto
Rico, los cuales tenían la potestad de organizar sus propias estructuras territoriales, e
incluso dotarse de su propia Constitución. El artículo 1º decía así: "Componen la Nación
española los Estados de Andalucía Alta, Andalucía Baja, Aragón, Asturias, Baleares,
Canarias, Castilla la Nueva, Castilla la Vieja, Cataluña, Cuba, Extremadura, Galicia,
Murcia, Navarra, Puerto Rico, Valencia y Regiones Vascongadas”.
La República Federal se enfrentaba al problema regional español y se organizaba de
modo que "todo lo individual es de la pura competencia del individuo, todo lo municipal
es del Municipio, todo lo regional es del Estado, y todo lo nacional de la Federación”.
Constaba de 115 artículos, en los que consagraban los derechos fundamentales como
naturales, de modo que ninguna ley ni autoridad podía vulnerarlos. Se estableció de forma
explícita una rígida división de poderes. Las Cortes estaban compuestas por el Congreso,
cuya elección se realizaba por sufragio universal directo, y el Senado, elegido por los
parlamentarios de los estados.
Las profundas divisiones entre los propios republicanos (unos partidarios de una
república unitaria y otros proclives a una federal); el movimiento cantonalista, que se
desató en numerosos puntos de España; un resurgimiento de la causa carlista; problemas
internos en el Ejército; y la cada vez más inestable situación social, provocaron la caída
de la República, por lo que esta Constitución nunca llegó a aprobarse. El 2 de enero de
1874, el general Pavía irrumpió en el Congreso de los Diputados con su caballo y dio al
traste con esta fugaz aventura republicana. Dos años más tarde, el 17 de marzo de 1876, el
propio Pavía justificó su actitud en un discurso del que hemos extraído estos párrafos:
"Mi situación de capitán general de Madrid, ante unas Cortes impotentes para
gobernar, era dificilísima. Así pues, sin oír más voz que la de mi conciencia y sin más
móvil que el amor a la patria, me decidí a llevar a cabo el acto violento del 3 de enero.
¡Ah, señores diputados! Si yo no hubiera ejecutado aquel acto, España entera me
hubiera despreciado y el Ejército me hubiera maldecido, porque sin aquel acto no
hubiera quizá terminado el 3 de enero sin que hubiese entrado en Madrid don Carlos de
Borbón”.
El general Serrano volvió a hacerse cargo del gobierno, en un momento de
incertidumbre sobre el futuro político de España. Fue, de nuevo, otra intervención militar
la que restauró la Monarquía y subió al trono a Alfonso XII. El 29 de diciembre de 1874,
el general Arsenio Martínez Campos se alzó en Sagunto con sus tropas y proclamó Rey al
hijo de Isabel II.
PROYECTO DE CONSTITUCIÓN FEDERAL
DE LA I REPÚBLICA ESPAÑOLA
LA NACIÓN ESPAÑOLA, reunida en Cortes Constituyentes, deseando asegurar la
libertad, cumplir la justicia y realizar el fin humano a que está llamada en la civilización,
decreta y sanciona el siguiente Código fundamental:
TÍTULO PRELIMINAR
Toda persona encuentra asegurados en la República, sin que ningún poder tenga
facultades para cohibirlos, ni ley ninguna autoridad para mermarlos, todos los derechos
naturales.
1.° El derecho a la vida, y a la seguridad, y a la dignidad de la vida.
2.° El derecho al libre ejercicio de su pensamiento y a la libre expresión de su conciencia.
3.° El derecho a la difusión de sus ideas por medio de la enseñanza.
4.° El derecho de reunión y de asociación pacíficas.
5.° La liberta del trabajo, de la industria, del comercio interior, del crédito.
6. ° El derecho de propiedad, sin facultad de vinculación ni amortización.
7.° La igualdad ante la ley.
8.° El derecho a ser jurado y a ser juzgado por los Jurados; el derecho a la defensa
libérrima en juicio; el derecho, en caso de caer en culpa o delito, a la corrección y a la
purificación por medio de la pena.
Estos derechos son anteriores y superiores a toda legislación positiva.
TÍTULO I
De la Nación española
Art. 1. Componen la Nación española los Estados de Andalucía Alta, Andalucía Baja,
Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Castilla la Nueva, Castilla la Vieja, Cataluña, Cuba,
Extremadura, Galicia, Murcia, Navarra, Puerto Rico, Valencia, Regiones Vascongadas.
Los Estados podrán conservar las actuales provincias o modificarlas, según sus
necesidades territoriales.
Art. 2. Las islas Filipinas, de Fernando Póo, Annobón, Corisco, y los establecimientos de
África, componen territorios que, a medida de sus progresos, se elevarán a Estados por los
poderes públicos.
TÍTULO II
De los españoles y sus derechos
Art. 3. Son españoles:
1.° Todas las personas nacidas en territorio español.
2.° Los hijos de padre o madre españoles, aunque hayan nacido fuera de España.
3.° Los extranjeros que hayan obtenido carta de naturaleza.
4.° Los que, sin ella, hayan ganado vecindad en cualquier pueblo del territorio español.
La calidad de español se adquiere, se conserva y se pierde con arreglo a lo que determinen
las leyes.
Art. 4. Ningún español ni extranjero podrá ser detenido ni preso sino por causa de delito.
Art. 5. Todo detenido será puesto en libertad o entregado a la autoridad judicial dentro de
las veinticuatro horas siguientes al acto de la detención.
Toda detención se dejará sin efecto o elevará a prisión dentro de las setenta y dos horas de
haber sido entregado el detenido al juez competente. La providencia que se dictare se
notificará al interesado dentro del mismo plazo
Art. 6. Ningún español podrá ser preso sino en virtud de mandamiento de Juez
competente. El auto por el cual se haya dictado el mandamiento se ratificará o repondrá,
oído el presunto reo, dentro de las setenta y dos horas siguientes al acto de la prisión
Art. 7. Nadie podrá entrar en el domicilio de un español o extranjero residente en España
sin su consentimiento, excepto en los casos urgentes de incendio, inundación u otro
peligro análogo o de agresión procedente de adentro, o para auxiliar a persona que
necesite socorro, o para ocupar militarmente el edificio cuando lo exija la defensa del
orden público. Fuera de estos caso s, la entrada en el domicilio de un español o extranjero
residente en España, y el registro de sus papeles o efectos sólo podrá decretarse por Juez
competente. El registro de papeles y efectos tendrá siempre lugar a presencia del
interesado o de un individuo de su familia, y en su defecto de dos testigos vecinos del
mismo pueblo. Sin embargo, cuando un delincuente hallado in fraganti y perseguido por
la autoridad o sus agentes se refugiase en su domicilio podrán éstos penetrar en él sólo
para el acto de la aprehensión. Si se refugiase en domicilio ajeno, precederá requerimiento
al dueño de éste.
Art. 8. Ningún español podrá ser compelido a mudar de domicilio o residencia, sino en
virtud de sentencia ejecutoria
Art. 9. En ningún caso podrá detenerse ni abrirse por la autoridad gubernativa la
correspondencia confiada al correo, ni tampoco detenerse la telegráfica.
Pero en virtud de auto de Juez competente podrán detenerse una y otra correspondencia, y
también abrirse en presencia del procesado la que se le dirija por el correo.
Art. 10. Todo auto de prisión, de registro de morada o de detención de la correspondencia
escrita o telegráfica, será motivado.
Cuando el auto carezca de este requisito, o cuando los motivos en que se haya fundado se
declaren en juicio ilegítimos o notoriamente insuficientes, la persona que hubiera sido
presa, o cuya prisión no se hubiese ratificado dentro del plazo señalado en el artículo 5.°,
o cuyo domicilio hubiese sido allanado, o cuya correspondencia hubiese sido detenida,
tendrá derecho a reclamar del Juez que haya dictado el auto una indemnización
proporcionada al daño causado, pero nunca inferior a 500 pesetas.
Los agentes de la autoridad pública estarán asimismo sujetos a la indemnización que
regule el juez cuando reciban en prisión a cualquiera persona sin mandamiento en que se
inserte el auto motivado, o cuando la retengan sin que dicho auto haya sido ratificado
dentro del término legal.
Art. 11. La autoridad gubernativa que infrinja lo prescrito en los artículos 5.°, 6.°, 7.° y
8.° incurrirá, según los caso s, en delito de detención arbitraria o de allanamiento de
morada, y quedará, además, sujeta a la indemnización prescrita en el párrafo segundo del
artículo anterior.
Art. 12. Tendrá asimismo derecho a indemnización, regulada por el Juez, todo detenido
que dentro del término señalado en el artículo 5.° no haya sido entregado a la autoridad
judicial.
Si el juez, dentro del término prescrito en dicho artículo, no elevare a prisión la detención,
estará obligado para con el detenido a la indemnización que establece el artículo 10.
Art. 13. Ningún español podrá ser procesado ni sentenciado sino por el Juez o Tribunal a
quien, en virtud de leyes anteriores al delito, compete el conocimiento y en la forma que
éstas prescriban.
No podrán crearse tribunales extraordinarios ni comisiones especiales para conocer de
ningún delito.
Art. 14. Toda persona detenida o presa sin las formalidades legales o fuera de los
casosprevistos en esta Constitución, será puesta en libertad a petición suya o de cualquier
español
La ley determinará la forma de proceder sumariamente en este caso, así como las penas
en que haya de incurrir el que ordenare, ejecutare o hiciere ejecutar la detención o prisión
ilegal.
Art. 15. Nadie podrá ser privado temporal o perpetuamente de sus bienes y derechos, ni
turbado en la posesión de ellos, sino en virtud de auto o sentencia judicial.
Los funcionarios públicos que bajo cualquier pretexto infrinjan esta prescripción, serán
personalmente responsables del daño causado.
Quedan exceptuados de ella los casosde incendio e inundación u otros urgentes análogos,
en que por la ocupación se haya de excusar un peligro al propietario o poseedor, o evitar o
atenuar el mal que se temiere o hubiere sobrevenido.
Art. 16. Nadie podrá ser expropiado de sus bienes sino por causa de utilidad común y en
virtud de mandamiento judicial, que no se ejecutará sin previa indemnización, regulada
por el Juez con intervención del interesado.
Art. 17. Nadie está obligado a pagar contribución que no haya sido votada por las Cortes
o por las corporaciones populares legalmente autorizadas para imponerla, y cuya
cobranza no se haga en la forma prescrita por la ley.
Todo funcionario público que intente exigir o exija el pago de una contribución sin los
requisitos prescritos en este artículo, incurrirá en el delito de exacción ilegal.
Art. 18. Ningún español que se halle en el pleno goce de sus derechos civiles, podrá ser
privado del derecho de votar en las elecciones.
Art. 19. Tampoco podrá ser privado ningún español:
Del derecho de emitir libremente sus ideas y opiniones, ya de palabra, ya por escrito,
valiéndose de la imprenta o de otro procedimientos semejante.
Del derecho de reunirse y asociarse pacíficamente para todos los fines de la vida humana
que no sean contrarios a la moral pública.
Del derecho de dirigir peticiones, individual o colectivamente a las cortes y a las demás
autoridades de la República.
Art. 20. El derecho de petición no podrá ejercerse colectivamente por ninguna clase de
fuerza armada.
Tampoco podrán ejercerlo individualmente los que formen parte de una fuerza armada,
sino con arreglo a las leyes de su instituto, en cuanto tenga relación con éste.
Art. 21. No se establecerá, ni por leyes ni por las autoridades, disposición alguna
preventiva que se refiera al ejercicio de los derechos definidos en este título.
Tampoco podrán establecerse la censura, el depósito, ni el editor responsable para los
periódicos.
Art. 22. Los delitos que se cometan con ocasión del ejercicio de los derechos expresados
en este título serán penados por los tribunales, con arreglo a las leyes comunes y deberán
ser denunciados por las autoridades gubernativas, sin perjuicio de los que procedan de
oficio o en virtud de la acción pública o fiscal.
Art. 23. Las autoridades municipales pueden prohibir los espectáculos que ofendan al
decoro, a las costumbres y a la decencia pública.
Art. 24. Las reuniones al aire libre y las manifestaciones serán de día y nunca han de
obstruir la vía pública ni celebrarse alrededor de los Ayuntamientos, Cortes de Estado o
Cortes de la Federación.
Art. 25. Nadie impedirá, suspenderá ni disolverá ninguna asociación, cuyos estatutos sean
conocidos oficiales, y cuyos individuos no contraigan obligaciones clandestinas .
Art. 26. Todo español podrá fundar y mantener establecimientos de instrucción o de
educación, sin previa licencia, salvo la inspecció n de la autoridad competente por razones
de higiene y moralidad.
Art. 27. Todo extranjero podrá establecerse libremente en territorio español, ejercer en él
su industria o dedicarse a cualquiera profesión para cuyo desempeño no exijan las leyes
títulos de aptitud expedidos por las autoridades españolas.
Art. 28. A ningún español que esté en el pleno goce de sus derechos civiles podrá
impedirse salir libremente del territorio, ni trasladar su residencia y haberes a país
extranjero, salvas las obligaciones de contribuir al servicio militar o al mantenimiento de
las cargas públicas.
Art. 29. Todos lo españoles son admisibles a los empleos y cargos públicos, según su
mérito y capacidad probada.
Art. 30. Todo español está obligado a defender la Patria con las armas, cuando sea
llamado por la ley, y a contribuir a los gastos del Estado en proporción de sus haberes.
Art. 31. La enumeración de los derechos expresados en este título no implica la
prohibición de cualquiera otro no declarado expresamente.
Art. 32. No será necesaria la previa autorización para procesar ante los Tribunales a los
funcionarios públicos, cualquiera que sea el delito que cometieren.
El mandato del superior no eximirá de responsabilidad en los casosde infracción
manifiesta, clara y terminante, de una prescripción constitucional.
En los demás sólo eximirá a los agentes que no ejerzan autoridad.
Art. 33. Cuando el Poder legislativo declare un territorio en estado de guerra civil o
extranjera regirán allí las leyes militares.
En ningún caso podrá establecerse otra penalidad que la prescrita previamente por la ley.
Art. 34. El ejercicio de todos los cultos es libre en España.
Art. 35. Queda separada la Iglesia del Estado.
Art. 36. Queda prohibido a la Nación o al Estado federal, a los Estados regionales y a los
Municipios subvencionar directa ni indirectamente ningún culto.
Art. 37. Las actas de nacimiento, de matrimonio y defunción serán registradas siempre
por las autoridades civiles.
Art. 38. Quedan abolidos los títulos de nobleza.
TÍTULO III
De los poderes públicos
Art. 39. La forma de gobierno de la Nación española es la República federal.
Art. 40. En la organización política de la Nación española todo lo individual es de la pura
competencia del individuo; todo lo municipal es del Municipio; todo lo regional es del
Estado, y todo lo nacional, de la Federación
Art. 41. Todos los poderes son electivos, amovibles y responsables.
Art. 42. La soberanía reside en todos los ciudadanos, y se ejerce en representació n suya
por los organismos políticos de la República constituida por medio del sufragio universal
Art. 43. Estos organismos son:
El Municipio
El Estado regional
El Estado federal o Nación.
La soberanía de cada organismo reconoce por límites los derechos de la personalidad
humane. Además, el Municipio reconoce los derechos del Estado, y el Estado lo s derecho
s de la Federación .
Art. 44. En África y en Asia posee la República española territorios en que no se han
desarrollado todavía suficientemente los organismos políticos, y, por tanto, se regirán por
leyes especiales, destinadas a implantar allí los derechos naturales del hombre y a
procurar una educación humana y progresiva.
TÍTULO IV
Art. 45. El poder de la Federación se divide en Poder legislado, Poder ejecutivo, Poder
judicial y Poder de relación entre estos Poderes.
Art. 46. El Poder legislativo será ejercido exclusivamente por las Corles.
Art. 47. El Poder ejecutivo será ejercido por los ministros.
Art. 48. El Poder judicial será ejercido por Jurados y jueces, cuyo nombramiento no
dependerá jamás de los otros Poderes públicos.
Art. 49. El Poder de relación será ejercido por el Presidente de la República.
TÍTULO V
De las facultades correspondientes a los poderes públicos de la Federación
1.ª La Relaciones exteriores.
2.ª Tratados de paz y de comercio
3.ª Declaración de guerra exterior, que será siempre objeto de una ley.
4.ª Arreglo de las cuestiones territoriales y de las competencias entre los Estados.
5.ª Conservació n de la unidad y de la integridad nacional.
6.ª Fuerzas de mar y tierra y nombramiento de todos sus jefes.
7.ª Correos.
8.ª Telégrafos.
9.ª Ferrocarriles, caminos generales, medios oficiales de comunicación marítima y
terrestre y obras públicas de interés nacional.
10 .ª Deuda nacional.
11.ª Empréstitos nacionales.
12.ª Contribuciones y rentas que sean necesarias para el mantenimiento de los servicios
federales.
13.ª Gobierno de los territorios y colonias.
14.ª Envío de delegados a los Estados para la percepción de los tributos y el mando de las
fuerzas militares encargadas de velar por el cumplimiento de las leyes federales.
15.ª Códigos generales.
16.ª Unidad de moneda, pesos y medidas.
17.ª Aduanas y aranceles.
18.ª Sanidad, iluminación de las costas, navegación.
19.ª Montes y minas, canales generales de riego.
20.ª Establecimiento de una Universidad federal y de cuatro escuelas normales superiores
de agricultura, artes y oficios en los cuatro puntos de la Federación que se determinen por
una ley.
21.ª Los bienes y derechos de la Nación.
22.ª Conservación del orden público federal y declaración de estado de guerra civil.
23.ª Restablecimiento de la ley por medio de la fuerza y cuando un motín o una
sublevación comprometan los intereses y derechos generales de la sociedad en cualquier
punto de la Federación.
TÍTULO VI
Del Poder legislativo
Art. 50. Las Cortes se compondrán de dos Cuerpos: Congreso y Senado.
Art. 51. El Congreso se compondrá de diputados, debiendo haber uno por cada 50.000
almas, y siendo todos elegidos por sufragio universal directo.
Art. 52. Los senadores serán elegidos por las Cortes de sus respectivos Estados, que
enviarán cuatro por cada Estado, sea cualquiera su importancia y el número de sus
habitantes.
Art. 53. Las Cortes se renovarán en su totalidad cada dos años.
TÍTULO VII
De la celebración y facultades de las Cortes
Art. 54. Las Cortes se reúnen todos los años.
Art. 55. Las Cortes celebrarán dos legislaturas anuales, que durarán, por lo menos, entre
ambas, cuatro meses.
Las Cortes comenzarán su primera legislatura todos los años el 15 de marzo, y su segunda
el 15 de octubre.
Los diputados y senadores serán renovados en su totalidad cada dos años.
Art. 56. Cada uno de los Cuerpos Colegisladores tendrá las facultades siguientes:
1.ª Formar el respectivo reglamento para su gobierno interior.
2.ª Examinar la legalidad de la elección y la aptitud de los individuos que la compongan.
3.ª Nombrar, al constituirse, su Presidente, Vicepresidente y Secretarios.
Art. 57. No podrá estar reunido uno de los Cuerpos Colegisladores sin que lo esté
también el otro.
Art. 58. Los Cuerpos Colegisladores no pueden deliberar Juntos, ni reunirse sino en el
caso o casos que taxativamente expresa esta Constitución.
Art. 59. Las sesiones del Congreso y del Senado serán públicas, excepto en los casosque
necesariamente exijan reserva.
Art. 60. Todas las leyes serán presentadas al Congreso, o por iniciativa de éste, o por
iniciativa del Presidente, o por iniciativa del Poder judicial.
Art. 61. Las resoluciones de las Cortes se tomarán a pluralidad de votos.
Para votar las leyes se requiere, en cada uno de los Cuerpos Colegisladores, la presencia
de la mitad más uno del número total de individuos, que tengan aprobadas sus actas.
Art. 62. Las Cortes podrán tomar medidas que obliguen a los diputados y senadores a
asistir a sus sesiones.
Art. 63. El cargo de Diputado y Senador es incompatible con todo cargo público, ya sea
honorífico, ya retribuido.
Art. 64. Los diputados y senadores recibirán una indemnización que será fijada por las
leyes.
Art. 65. Los ministros no podrán ser diputados ni senadores, ni asistir a las sesiones sino
por un mandato especial de las Cámaras.
Art. 66. El Congreso tiene el derecho de acusar ante el Senado al Presidente y a los
ministros; el Senado tiene derecho a declarar que ha lugar o no a la formación de causa, y
el Tribunal Supremo a juzgarlos y sentenciarlos.
Art. 67. Los senadores y los diputados, desde el momento de su elección, no podrán ser
procesados ni detenidos cuando estén abiertas las Cortes, sin permiso del respectivo
Cuerpo Colegislador, a no ser hallados in fraganti. Así en este caso como en el de ser
procesados o arrestados mientras estuviesen cerradas las Cortes, se dará cuenta al Cuerpo
al que pertenezcan tan luego como se reúna, las cuales decidirán lo que juzguen
conveniente.
Cuando se hubiere dictado sentencia contra un Senador o Diputado en proceso seguido
sin el permiso a que se refiere el párrafo anterior, la sentencia no podrá llevarse a efecto
hasta que autorice su ejecución el Cuerpo a que pertenezca el procesado.
Art. 68. Los senadores y diputados son inviolables por las opiniones y votos que emitan
en el ejercicio de su cargo.
Art. 69. Para ser Diputado se exige el carácter de ciudadano español y tener veinticinco
años de edad; para ser Senador, el carácter de ciudadano español y cuarenta años de edad.
TÍTULO VIII
Facultades especiales del Senado
Art. 70. El Senado no tiene la iniciativa de las leyes.
Corresponde al Senado exclusivamente examinar si las leyes del Congreso desconocen
los derechos de la personalidad humana, o los poderes de los organismos políticos, o las
facultades de la Federación, o el Código fundamental. Si el Senado, después de madura
deliberación, declare que no, la ley se promulgará en toda la Nación.
Cuando el Senado declara que hay lesión de algún derecho o de algún poder, o de algún
artículo constitucional, se nombrará una Comisión mixta que someterá su parecer al
Congreso. Si después de examinada de nuevo la ley, el Senado persiste en su acuerdo, se
suspenderá la promulgación por aquel año.
Si al año siguiente reproduce el Congreso la ley, se remitirá al Poder ejecutivo para su
promulgación; pero si éste hiciere objeciones al Congreso, se volverá la ley al Senado, y
si el Senado insiste nuevamente, se suspenderá también la promulgación .
Por último, si al tercer año se reproduce la ley, se promulgará en el acto por el Presidente
y será ley en toda la Federación.
Sin embargo, al Poder judicial, representado por el Tribunal Supremo de la Federación, le
queda la facultad de declarar en su aplicación si la ley es o no constitucional.
TÍTULO IX
Del Poder ejecutivo
Art. 71. El Poder ejecutivo será ejercido por el Consejo de Ministros, bajo la dirección de
un Presidente, el cual será nombrado por el Presidente de la República.
Art. 72. Al Poder ejecutivo compete:
1.° Disponer del ejército de mar y tierra para seguridad interior y defensa exterior de la
Federación.
2.° Disponer el empleo de las reservas, siempre que sean llamadas por una ley.
3.° Nombrar los empleados públicos de la Federación.
4.° Distribuir los ingresos y hacer los gastos con arreglo a las leyes.
5.° Emplear todos los medios legítimos para que se cumpla y se respete la ley.
6.° Facilitar al Poder judicial el ejercicio expedito de sus funciones.
7.° Presentar a las Cortes memorias anuales sobre el estado de la administración pública,
y proponer a su deliberación y sanción de leyes que le parezcan convenientes.
8.° Enviar a cada Estado regional un delegado con encargo expreso de vigilar el
cumplimiento de la Constitución y de la leyes, de los decretos y reglamentos federales;
pero sin autoridad ninguna especial dentro del Estado o del Municipio.
9.° Dar regla mentos para la ejecución de las leyes.
TÍTULO X
Del Poder judicial
1.° El Poder judicial no emanará ni del Poder ejecutivo ni del Poder legislativo.
2.° Queda prohibido al Poder ejecutivo, en todos sus grados, imponer penas, ni personales
ni pecuniarias, por mínimas que sean. Todo castigo se impondrá por el Poder judicial.
3.° Todos los tribunales serán colegiados.
4.° Se establece el Jurado para toda clase de delitos.
En cada Municipio habrá un Tribunal nombrado directamente por el pueblo y encargado
de entender en la corrección de las faltas, juicios verbales y actos de conciliación.
5.° Los jueces de los distritos serán nombrados mediante oposición verificada ante las
Audiencias de sus respectivos Estados.
6.° Las Audiencias se compondrán de los jueces de distrito ascendidos a magistrados en
concurso público y solemne.
Art. 73. El Tribunal Supremo Federal se compondrá de tres magistrados por cada Estado
de la Federación.
Art. 74. El Tribunal Supremo Federal elegirá entre sus magistrados a su Presidente.
Art. 75. Los jueces de los distritos, los magistrados de las Audiencias y los magistrados
del Tribunal Supremo, no podrán ser separados sino por sentencia o por acuerdo del
Tribunal superior jerárquico.
Art. 76. Los magistrados del Tribunal Supremo podrán ser removidos por una comisión
compuesta por iguales partes de representantes del Congreso, del Senado, del Poder
ejecutivo y del mismo Tribunal Supremo.
Art. 77. En el caso de que el Poder legislativo de alguna ley contraria a la Constitución, el
Tribunal Supremo en pleno tendrá facultad de suspender los efectos de esta ley.
Art. 78. En los litigios entre los Estados entenderá y decidirá el Tribunal Supremo de la
Federación.
Art. 79. También entenderán en las funciones jurídicas ordinarias que determinen las
leyes; en los conflictos que se susciten sobre inteligencia de los tratados; en los conflictos
entre los Poderes públicos de un Estado, en las causas formadas al Presidente, a los
ministros en el ejercicio de sus cargos, en los asuntos en que la Nación sea parte.
Art. 80. El Tribunal Supremo dictará su reglamento administrativo interior y nombrará
todos sus empleados subalternos.
TÍTULO XI
Del poder de relación, o sea presidencial
Art. 81. El Poder de relación será ejercido por un ciudadano mayor de treinta años, que
llevará el título de Presidente de la República federal, y cuyo cargo solo durará cuatro
años, no siendo inmediatamente reelegible.
Art. 82. Habrá también un Vicepresidente, encargado de reemplazar al Presidente cuando
se inhabilite por muerte, por larga enfermedad o por virtud de sentencia judicial.
Al Presidente compete:
1.° Promulgar dentro de los quince días siguientes a su aprobación definitiva las leyes que
decreten y sancionen las Cortes, salvo el caso de que las Cortes declaren a promulgación
urgente.
2.° Hacer, en caso de una disidencia sobre la promulgación de las leyes entre el Senado y
el Congreso, a este último las observaciones que juzgue necesarias.
3.° Convocar las reuniones extraordinarias de las Cortes cuando lo requiera así el estado
de la Nación.
4.° Dirigir mensajes a los poderes públicos recordándoles el cumplimiento de sus deberes
legales.
5.° Nombrar y separar con toda libertad al Presidente del Poder ejecutivo
6.° Nombrar los embajadores, ministros y agentes diplomáticos.
7.° Recibir los embajadores, ministros y agentes diplomáticos de las demás naciones.
8.° Sostener las relaciones internacionales.
9.° Conceder los indultos.
10.º Cuidar que sean garantizadas las Constituciones particulares de los Estados.
11.º Personificar el Poder supremo y la suprema dignidad de la Nación y a este fin se le
señalará por la ley sueldos y honores, que no podrán ser alterados durante el periodo de su
mando.
TÍTULO XII
De la elección del Presidente y Vicepresidente de la República
Art. 83. Los electores votarán en cada Estado una junta compuesta de doble número de
individuos del que envían al Congreso y al Senado federales.
Art. 84. No pueden pertenecer a esta Junta los empleados del Gobierno Federal.
Art. 85. Reunida la Junta en la capital del Estado, procederá el nombramiento de
Presidente y Vicepresidente de la República, inscribiendo cada nombre en una papeleta e
indicando el cargo para que le designen.
Art. 86. La Junta electoral se reunirá cuatro meses antes de haber expirado el plazo de
terminación de la Presidencia.
Art. 87. Inmediatamente procederá a designar sus candidatos, y hecho el escrutinio,
remitirá una lista con los nombres de los que hayan obtenido votos al Presidente del
Congreso del Estado y otra al Presidente del Congreso de la Nación.
Art. 88. El Presidente del Congreso de la Nación abrirá las listas a presencia de ambos
Cuerpos Colegisladores reunidos. Asociados a los secretarios, cuatro miembros del
Congreso y cuatro del Senado, sacados a suerte, procederán inmediatamente a hacer el
escrutinio y a anunciar el número de sufragios que resulte en favor de cada candidato para
la Presidencia y Vicepresidencia de la Nación. Los que reúnan en ambos casosla mayoría
absoluta de todos los votos serán proclamados inmediatamente Presidente y
Vicepresidente.
Art. 89. En el caso de que por dividirse la votación no hubiere mayoría absoluta, elegirán
las Cortes entre las dos personas que hubieren obtenido mayor número de sufragios. Si la
primera mayoría hubiese cabido a más de dos personas, elegirán las Cortes entre todas
éstas. Si la primera mayoría hubiese cabido a una sola persona y la segunda a dos o más,
elegirá el Congreso entre todas las personas que hayan obtenido la primera y segunda
mayoría.
Art. 90. Esta elección se hará a pluralidad absoluta de sufragios y por votación nominal.
Si verificada la segunda votación no resultase mayoría, se hará segunda vez,
contrayéndose la votación a las personas que en la primera hubiesen obtenido mayor
número de sufragios. En caso de empate, se repetirá la votación y si resultase nuevo
empate, decidirá el Presidente del Congreso. No podrá hacerse el escrutinio ni la
rectificación de estas elecciones, sin que estén presentes las tres cuartas partes del total de
los miembros de las Cortes.
Art. 91. Las elecciones del Presidente y Vicepresidente de la Nación deben quedar
concluidas en una sola sesión de las Cortes, publicándose enseguida el resultado de ésta y
las actas electorales en la Gaceta.
TÍTULO XIII
De los Estados
Art. 92. Los Estados tienen completa autonomía económico-administrativa y toda la
autonomía política compatible con la exigencia de la Nación.
Art. 93. Los Estados tienen la facultad de darse una Constitución política, que no podrá
en ningún caso contradecir a la presente Constitución.
Art. 94. Los Estados nombran sus Gobiernos respectivos y sus asambleas legislativas por
sufragio universal.
Art. 95. En la elección de los Gobiernos, de los legisladores y de los empleados de los
Estados no podrá nunca intervenir, ni directa ni indirectamente, el Poder federal.
Art. 96. Los Estados regirán su política propia, su industria, su hacienda, sus obras
públicas, sus caminos regionales, su beneficencia, su instrucción y todos los asuntos
civiles y sociales que no hayan sido por esta Constitució n remitidos al Poder federal.
Art. 97. Los Estados podrán levantar empréstitos y emitir deuda pública para promover
su prosperidad interior.
Art. 98. Los Estados tendrán obligación de conservar un Instituto de segunda enseñanza
por cada una de las actuales provincias y la facultad de fundar las Universidades y
escuelas especiales que estimen conveniente.
Art. 99. Los Estados no podrán legislar ni contra los derechos individuales, ni contra la
forma republicana, ni contra la unidad y la integridad de la Patria, ni contra la
Constitución federal.
Art. 100. Los Estados regularán a su arbitrio, y bajo sus expensas, su organización
territorial.
Art. 101. Los Estados no podrán mantener más fuerza pública que la necesaria para su
policía y seguridad interior.
La paz general de los Estados se halla garantizada por la Federación, y los poderes
federales podrán distribuir la fuerza nacional a su arbitrio, sin necesidad de pedir
consentimiento alguno a los Estados.
Los Estados no podrán jamás apelar a la fuerza de las armas unos contra otros, y tendrán
que someter sus diferencias a la jurisdicción del Tribunal Supremo federal.
Cuando un Estado o parte de él se insurreccionare contra los poderes públicos de la
Nación pagará los gastos de la guerra.
Los Estados constituirán sus Poderes con entera libertad, pero con analogía al tipo federal,
y dividiéndolos en los tres fundamentales de legislativo, ejecutivo y judicial.
Art. 102. Los Estados sujetarán sus Constituciones respectivas al juicio y sanción de las
Cortes federales, que examinarán si están respetados o no en ellas los derechos de la
personalidad humana, los límites de cada Poder y los preceptos de la Constitución federal.
Art. 103. Los ciudadanos de cada Estado gozarán de todos los derechos unidos al título
de ciudadano en todos los otros Estados.
Art. 104. Ningún nuevo Estado será erigido o formado en la jurisdicción de otro Estado.
Art. 105. Ningún nuevo Estado será formado de la reunión de dos o más Estados sin el
consentimiento de las Cortes de los Estados interesados y sin la sanción de las Cortes
federales.
TÍTULO XIV
De los Municipios
Art. 106. Los Municipios tienen en todo lo municipal autonomía administrativa,
económica y política.
Los Municipios nombrarán por sufragio universal sus gobiernos o sus alcaldes, que
ejercerán el Poder ejecutivo municipal.
Nombrarán también por sufragio universal sus Ayuntamientos, que darán reglas sobre los
asuntos municipales.
Nombrarán por sufragio universal sus jueces, que entenderán en las faltas y en los juicios
verbales y actos de conciliación.
Art. 107. Los alcaldes y Ayuntamientos darán cuenta de sus gastos al Concejo, o común
de vecinos, en la forma que ellos mismos establezcan.
Art. 108. Los alcaldes y Ayuntamientos no podrán ser separados sino por sentencia de
Tribunal competente, ni sustituidos sino por sufragio universal.
Las Constituciones de los Estados pondrán en poder de los Municipios la administración
de la justicia civil y criminal que les compete, la policía de orden y de seguridad y de
limpieza.
Los caminos vecinales, las calles, las veredas, los hospitales y demás institutos de
beneficencia local.
Las rentas, los fondos, los medios de crédito necesarios para llevar a ejecución todos estos
fines.
Las Constituciones de los Estados deben exigir de todo Municipio:
Que sostengan escuelas de niños y de adultos, dando la instrucción primaria gratuita y
obligatoria.
Art. 109. Si los Ayuntamientos repartieran desigualmente la contribución o la exigieran a
un ciudadano en desproporción con sus haberes, habrá derecho de alzada a las asambleas
de los Estados y de denuncia criminal ante los Tribunales de distrito.
TÍTULO XV
De la fuerza pública
Art. 110. Todo español se halla obligado a servir a su Patria con las armas.
La Nación se halla obligada a mantener ejército y armada.
Art. 111. Los poderes federales darán la conveniente organización a este ejército, y lo
distribuirán según lo exijan las necesidades del servicio.
TÍTULO XVI
De la reserva nacional
Art. 112. Se establece una Reserva Nacional forzosa.
Art. 113. Todos los ciudadanos de 20 a 40 años pertenecen a la Reserva.
Art. 114. Todos los ciudadanos de 20 a 25 años deberán emplear un mes anualmente en
ejercicios militares, todos los ciudadanos de 25 a 30 quince días; todos los ciudadanos de
30 a 40, ocho.
Los jefes y oficiales de la Reserva Nacional serán nombrados por el Gobierno federal.
Las reservas tendrán depositadas sus armas en los cuarteles, en los parques del Gobierno
federal, y sólo podrán armarse por un decreto de éste y movilizarse por una ley.
TÍTULO XVII
De la reforma de la Constitución
Art. 115. Las Cortes podrán acordar la reforma de la Constitución, señalando al efecto el
artículo o artículos que hayan de alterarse. .
Art. 116. Hecha esta declaración, se disolverá el Senado y el Congreso, y el Presidente de
la República convocará nuevas Cortes, que se reunirán dentro de los tres meses
siguientes.
En la convocatoria se insertará la resolución de la s Cortes, de que habla el artículo
anterior.
Art. 117. Los Cuerpos Colegisladores tendrán el carácter de Constituyentes tan sólo para
deliberar acerca de la reforma, continuando después con el de Cortes ordinarias.
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